Trabajé como supervisor de efectos especiales en la industria del cine durante más de 26 años. Mi especialidad era diseñar efectos físicos: choques de autos, personas que cuelgan de los edificios, ese tipo de cosas. Las reglas eran simples, y la única constante era el 100% de funcionalidad y confiabilidad. El principio de beso (mantenerlo simple, estúpido) fue de rigor. La vida de las personas estaba en juego; No había espacio para el error.

Más tarde, como fotógrafo de paisajes profesionales, no pude encontrar ningún producto que satisfaga mi necesidad de llevar mi cámara de una manera cómoda, segura y accesible. Claro, había bolsas, correas de hombro, clips de cinturón y todo tipo de objetos brillantes. Pero todos eran "juguetes" diseñados por diseñadores, no fotógrafos. Nada me permitió llevar mi cámara cómodamente, segura y con accesibilidad rápida.

Mis años de experiencia en diseño en la industria del cine se usaron cuando me puse en diseñar el sistema que necesitaba. Tenía que ser simple, sin resortes ni partes móviles. Nada que pueda fallar, atascar o romper. Hecho de materiales de alta calidad, tenía que funcionar y ser absolutamente confiable en todas las situaciones. Tenía que ofrecer comodidad y accesibilidad para mejorar mi experiencia fotográfica. Cinco años después, desde los comentarios entusiastas de los clientes satisfechos en todo el mundo, creo que lo tengo bien. Sistemas simples, funcionales y de alta calidad: cámaras de algodón.